Música


Las canciones en ladino son mucho más que música, nos llevan a nuestra infancia, a nuestros padres, a los abuelos, a tiempos ya olvidados.

Las canciones en ladino son canciones de nuestra niñez, canciones con las cuales crecimos. Es una cultura plena, en la que podemos ver artistas en Israel y en el mundo que intentan eternizarla y hacer despertar las canciones de ladino para siempre, los romances – algunos de ellos milenarios, y los canticos como “Eshmerá Shabbat” de Abraham Even Ezra, “Tzur MiShelo Ajalnu” (Los Bíblicos), etc.

 

Sefaradíes en el Este y en el Oeste

Tras la expulsión de los judíos de España en 1492 y seis años después de Portugal también, muchos de ellos encontraron refugio en tierras del Imperio Otomano. La ciudad de Safed se transformó en un centro del movimiento místico (Kabala) bajo la dirección espiritual de Isaac Lurie. Bajo influencia de sus seguidores fue introducido en los rezos del viernes por la noche el versículo “Leja Dodi Likraat Kala”, precedido por seis versos de Tehilim  (”Proverbios”)  según el número de los días laborables semanales y seguido por dos versículos como resumen. Entre los versículos importantes que fueron compuestos en Safed están “Yedid Nefesh” y “Yah Ribon Olam”.

Los Sefaradíes mantuvieron su idioma ladino después de ser expulsados pero recogieron numerosas influencias de la música oriental, especialmente la Turca. Así por ejemplo el primer compositor judío de Safed, Israel Nájera (1555 – 1625) fue el primero que escribió poesías según el estilo turco – árabe. Siguiendo la tradición de los judíos sefaradíes se desarrollaron poesías especiales: una festiva para la lectura de la Torah, una alegre para la fiesta de Simjat Torah y para bodas, una triste para entierros y para Tischa beAv, y una poesía especial para fiestas de circuncisión con expresiones de cariño hacia el recién nacido. La comunidad judía de Alepo fue la que guardo en forma más estricta las leyes de la composición de estas “makamas” (poesías). Tras el fallecimiento de Israel Nájera creció la contribución de los músicos judíos a la música popular: el viajero popular Turco Evliya Çelebi describe una demostración de Guildas en 1638 en la cual 300 músicos judíos, acompañados por bailarines, payasos y prestidigitadores igualmente judíos marchaban frente al Sultán Murat IV.

Los judíos sefaradíes se establecieron también en la Europa cristiana, en ciudades tales como Livorno, Roma, Londres, y Ámsterdam. Ámsterdam fue un centro importante para la música judía en el siglo XVIII. El escritor español Daniel de Barros (1635 – 1701) que vivió en el Ámsterdam de 1674, describe a los nuevos inmigrantes como sobresalientes en tocar al violín, el harpa, y la flauta. En este periodo se compusieron obras de teatro para Purim y canciones para Simjat Torah y demás ocasiones festivas. Entre los compositores conocidos en Ámsterdam  en esta época estaba Abraham Cáceres, que vivió en la primera mitad del siglo XVIII. En los siglos XVII y XVIII se compusieron también numerosas obras en Italia en la segunda mitad del siglo XVIII. Estas fueron tocadas en fiestas de la comunidad askenazi de Cásale Monferrato, especialmente para la larga víspera de Hoshana Raba. Este fenómeno de usar la música como idioma, con sus notas, compuesta impresa y entregada a músicos y cantores profesionales para su aparición ante el público, actualizada para estar a tono con la moda del momento, recibió una cantidad considerable de críticas, y dio lugar a agrias discusiones en las comunidades judías ante las cuales apareció.

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